miércoles, 13 de mayo de 2015

Apotemnofilia


Son en su mayoría, varones sanos, con estudios universitarios, trabajan, son personas normales, con buen funcionamiento social; desde la infancia conviven con un anhelo persistente, abrumador, irreductible e inconfesable: convertirse en amputados. Son los Amputee Wannabees o Wannabees y, por increíble que parezca, no son casos aislados. Muchos saben, no solo cual, sino el nivel exacto de amputación que desean habitualmente la pierna izquierda por encima de la rodilla. Se trata de una parte perfectamente sana del cuerpo pero percibida por ellos como ajena o incongruente con su imagen corporal. Unos pocos han conseguido que un cirujano hiciera el trabajo en un quirófano, algunos han llegado a extremos como introducir durante horas su pierna en hielo, a dispararse o a poner la pierna en las vías del tren y la cirugía ha hecho el resto; otros han acudido a un sórdido “mercado negro” donde han logrado su amputación o han encontrado la muerte; la mayoría siguen viviendo en conflicto con su cuerpo. Quienes lo han conseguido por uno u otro método dicen que su tormento ha terminado y no se arrepienten. Hasta entonces han convivido con un miembro que experimentaban como un impedimento para sentir su cuerpo como un todo. La paradoja del “menos es más”. Estas personas se ven a sí mismas con un miembro amputado más completas, más capaces. Nadie hasta el momento, ni siquiera los propios wannabees, pueden explicar el por qué de su obsesión. Ellos mismos reconocen lo extravagante e incomprensible de su deseo aunque ese reconocimiento no ha servido en ningún momento para apartarles de él. Consideran que su sufrimiento se debe tanto al hecho de tener un deseo insatisfecho, como a verse obligados a vivir en un cuerpo que no les corresponde y defienden la cirugía como tratamiento. De las situaciones que se proponen como implicadas en el origen, están: la visión de un amputado en la infancia imprimiría en el psiquismo del niño un sentimiento de que esa deberá́ ser su imagen corporal; el niño no se siente amado y convirtiéndose en amputado atraería amor y simpatía. Otras lo han hecho por su fragilidad y falta de constatación: el deseo es una manifestación externa de un conflicto interno irresuelto; existe una lesión estructural o funcional del córtex cerebral relacionada con los miembros. Es un trastorno de la identidad corporal al que equiparan con otros trastornos de la identidad corporal como el trastorno dismórfico corporal o el trastorno de identidad sexual.


1 comentario:

  1. Nunca antes había escuchado este término aunque sí había escuchado de la existencia de un trastorno mental de estas características. Me aterroriza un poco que esto en realidad exista y que los pacientes lo lleven a cabo de maneras tan absurdas.

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