martes, 12 de mayo de 2015

La mano con vida propia


Esta enfermedad fue descrita por primera vez en 1908 en un paciente que sufrió infarto cerebral en el hemisferio derecho y, tras recuperarse de la experiencia, sentía que su mano izquierda actuaba sola. En 1945 otro paciente sufrió esta dolencia tras ser sometido a una cirugía radical como tratamiento de epilepsia (sí, hace 50 años los tratamientos para las enfermedades mentales eran auténticas mal vistas desde nuestra cultura y época).
 Posteriormente, en 1972, los franceses Brion y Jedynack anunciaron por primera vez la frase “le signe de la main étran-gère” (el síndrome de la mano extraña) para referirse a este extraño trastorno. Hasta 1992 se describieron 37 casos del síndrome y en todos ellos el paciente siente que una de sus manos ha dejado de pertenecerle, que actúa por libre, trata de molestarle o se enfrenta a su otra mano. 
El Síndrome de Strangelove es un fenómeno neurocomportamental, en el cual una de las manos interfiere con las acciones de la mano opuesta. Su frecuencia es escasa. El (hemisferio izquierdo) se muestra atónito y frustrado ante las acciones discordantes expresadas por la mano izquierda (hemisferio derecho). Generalmente, la mano no dominante se comporta de modo extraño, generando sensación de enajenación al paciente, que no comprende la falta de colaboración de su mano y siente que el miembro actúa autónomamente y desarrolla movimientos involuntarios que presentan la apariencia de intencionales, aunque son ajenos a su voluntad. La presencia de síntomas de mano ajena se ha asociado al daño del cuerpo calloso desde los primeros casos descritos por Brion y Jedynak. Sin embargo, posteriormente se demostró que la aparición de dicha sintomatología podría acompañar a síndromes nosológicos diversos.
A nivel sindrómico, se han descrito históricamente dos subtipos de SMA. El más frecuente es el denominado ‘SMA frontal’, que resulta del daño en diversas áreas cerebrales: en el área motora suplementaria, el giro cingular, el córtex prefrontal y la parte anterior del cuerpo calloso del hemisferio dominante. El segundo subtipo, la forma ‘callosa’, se ha descrito en pacientes que sufren lesiones que involucran al cuerpo calloso con o sin asociación de lesiones frontales del hemisferio no dominante, especialmente el área motora suplementaria. Clínicamente, se observa conflicto intermanual o apraxia del miembro no dominante. Se han descrito casos del subtipo ‘posterior’. Es menos frecuente que los anteriores y se presenta con comportamientos autónomos y con la personificación de la extremidad afecta, que, además, es de naturaleza egosintónica. La falta de uniformidad, sin embargo, en los métodos de diagnóstico y la clasificación a la hora de estandarizar la publicación de casos contribuyen sobremanera a que persista la dificultad para establecer claros subtipos de SMA.
Fenomenológicamente, los movimientos del miembro ajeno pueden ser sujetos a control intermitente y voluntario ocasionalmente, incrementarse, sin embargo, en situaciones de fatiga o ansiedad, así́ como desencadenarse por objetos cercanos de manera llamativa, con marcada dependencia del entorno. Las descripciones del síndrome desde un punto de vista neurocomportamental pueden contribuir al desarrollo de programas especializados de rehabilitación, con el objetivo de minimizar la sintomatología y disminuir la interferencia de los movimientos anómalos en la vida diaria de los pacientes.

4 comentarios:

  1. Debe ser completamente frustrante e incapacitante padecer esta patología como es descrita aqui, el video también ayuda mucho para entender la enfermedad y lo angustiante que puede ser. Muy util.

    ResponderEliminar
  2. Que síndrome tan extraño!! Muy interesante que existan este tipo de trastornos. Su prevalencia no es muy alta sin embargo es importante tenerlo presente a la hora de un diagnóstico.

    ResponderEliminar
  3. Me parece importante conocer este síndrome para que en un futuro podamos reconocerlo si se llega a presentar. Lo escribiste en una manera fácil de entender

    ResponderEliminar
  4. Me recuerda mucho a cuando los niños juegan con sus manos, también se me parece a los síntomas presentados en personas con trastornos de personalidad limítrofe quienes sienten que hay partes de su cuerpo no les pertenecen y por esta razón se hacen daño. Muy interesante!

    ResponderEliminar